sábado, 6 de octubre de 2012

Rockatansky

Era cuestión de tiempo que la vorágine actual de remakes/secuelas/precuelas alcanzase a la franquicia Mad Max. Parece que, superados ciertos obstáculos, el proyecto es una realidad y se está rodando Mad Max: Fury Road, dirigida por el propio George Miller pero sin Mel Gibson (casi me atrevería a decir que por motivos obvios). La ficha de nuestra imprescindible IMDB es bastante completita.

Antes de que se consuma el presumible fiasco de esta nueva entrega, las tres anteriores de la saga merecen un reconocimiento, aquí y ahora. Estas producciones australianas, totalmente ajenas al lujo y al glamour hollywoodiense, lograron ocupar por méritos propios un espacio digno en el olimpo del cine de acción de la primera mitad de los 80. El carisma del protagonista -el ex-policía (o sucedáneo agente de la ley) Max Rockatansky-, el contexto post-apocalíptico tan característico y las memorables persecuciones por carretera han convertido a las tres películas en verdaderos clásicos.

Si, como fue recientemente nuestro caso, las visionamos del tirón, nos resulta muy llamativa la abrupta evolución del personaje y de su entorno. Obviamente, entre el estreno de cada película transcurren unos 2-3 años, lo que facilita al espectador de la época la adaptación a estos cambios. No obstante, esta circunstancia no menoscaba en absoluto la incondicional devoción que sentimos por la obra de George Miller, al contrario, lo convierte en un rasgo característico muy entrañable.
Como muestra, no hay más que ver cómo le crecen las melenas (y las canas, ficticias) a Mr. Gibson:


Probablemente cuando rodaron la primera Mad Max (subtitulada "Salvajes de la Autopista") no eran conscientes de que se convertiría en una exitosa saga. En ella nos muestran un futuro con las secuelas de una guerra nuclear, donde la violencia y el vandalismo campan a sus anchas. La justicia sólo puede contar con unos "perseguidores" que, motivaciones personales aparte, suelen hacer bien su trabajo. Entre ellos está Max Rockatansky, el loco Max. La historia que nos cuentan es básicamente un intercambio de venganzas: en primer lugar, los malhechores quieren vengar la muerte de su líder, y no se les ocurre nada mejor que volver loco al bueno de Max, liquidando a su familia. Naturalmente éste les devuelve la pelota y tras consumar su venganza, acaba como un vagabundo medio mercenario, sin rumbo ni motivaciones.

En Mad Max 2, El Guerrero de la Carretera, Max ya es un proscrito oficial, cuya única aspiración es conseguir gasolina. Aquí ya nos muestran un entorno más cercano a la idea que tenemos de apocalíptico: ciudades construidas a base de remaches, escasez de recursos, vestimentas estrafalarias, etc.
La historia empieza con Max capturando a un aviador que le informa acerca de un conato de ciudad donde puede conseguir su anhelada gasolina. Una vez la encuentra, a cambio del combustible se compromete a liberarlos del asedio de los ángeles del infierno post-apocalípticos de turno. El desenlace no es extremadamente sorprendente, pues utilizan un recurso usado y abusado, sobre todo posteriormente, pero la larga persecución que conduce a dicho final es excelente en todos los aspectos.

En la tercera, Más allá de la Cúpula del Trueno, ya observamos un mayor despliegue de medios, como demuestra la presencia de Tina Turner, quien no sólo aportaba buenas canciones para la banda sonora sino también actuaba y se sumaba a la moda de la época donde estrellas de la música hacían sus irregulares pinitos en el mundo de la interpretación, como David Bowie, Sting o Madonna.
Lo mejor de Mad Max 3 es sin duda la llamada Cúpula del Trueno, o Thunderdome, un ring de batalla en Negociudad realmente inspirador, todo un icono en la cultura de los ochenta.

Y sí, me van a permitir insertar aquí el videoclip de la famosa canción de la Turner:



En resumen, son tres películas maravillosas, sin historias complicadas pero con mucha acción, persecuciones, coches, motos y alguna avioneta, personajes entrañables y una ambientación única y que creó escuela. El temor acerca de lo que nos aguarda el año que viene, con tantos medios para la producción a su disposición, es muy grande. A pesar de contar con Tom "Bane" Hardy haciendo de Max y nuestra idolatrada Charlize Theron.

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