sábado, 15 de septiembre de 2012

Total Recall vs Total Recall

Lo primero de todo, advertir sobre la presencia de SPOILERS en este artículo, por lo que se aconseja que sea leído una vez visionada Total Recall, de 2012. Damos por hecho que usted ya ha hecho los deberes y ha visto la versión de 1990 (la de Schwarzenegger, la de Verhoeven). Si no es así, con todo el dolor de nuestro corazón, le aseguramos que este blog no es un lugar adecuado para usted.

Total Recall (2012) es una digna película de acción, con escenas trepidantes, correctos efectos especiales y pocas fisuras en un guión no demasiado complejo. Honestamente, si no fuera por la referencia a su antecesora (basada en una obra del gran Philip K. Dick), se trataría de una película más del género y se hubiera visto obligada a añadir algún elemento original y diferenciador. Cierto es que aporta elementos interesantes (la "Catarata", la vía más corta hacia las antípodas, o las persecuciones verticales y horizontales en los ascensores), pero no deja de ser una peli futurista más.



Ése es su principal problema, la comparación inevitable (y obviamente intencionada) con la del gran Paul Verhoeven, la cual es indudable que posee una enorme personalidad dentro de la ciencia-ficción y fue concebida en un momento donde este género gozaba de una popularidad, podríamos decir, similar a la actual.

En casi todos los aspectos, la cinta de 1990 nos parece más digna de convertirse en clásico (como creemos que así ha sido) y de engendrar remakes como precisamente el que nos ocupa. Es decir, si dentro de otros 20 años nos vuelve a relatar la crisis de identidad de Douglas Quaid, estamos convencidos de que se basarán más en Arnold Schwarzenegger que en Colin Farrell. Siendo la primera también eminentemente de acción, al menos durante el primer visionado nos ofrecen dudas sobre cuál de las dos realidades entre las que se debate Quaid es la verídica. En ésta, tenemos muy claro en todo momento que Quaid es la tapadera de Hauser. Si tan sólo en Rekall (versión 2.0 de Memory Call) hubieran esperado unos segundos antes de desvelarnos la naturaleza de espía de un modesto operario de una cadena de montaje, alguna pequeña duda nos hubieran sembrado. Al no ser así, no logramos empatizar con la convicción de Farrell de que sigue siendo un montador de robots. Lamentablemente se elimina el suspense y se centra todo en la acción, cuando podíamos tener ambas cosas por el precio de una.


Comparar los efectos especiales resulta ridículo e injusto, pero los que hemos visto películas de este tipo desde hace demasiado mucho tiempo sentimos un cariño especial hacia los efectos de andar por casa, artesanales, de esos que no nos recuerden a videojuegos. Por eso, aunque el contexto de la historia no deja de ser satisfactorio y convincente, la omisión del viaje a Marte, con la consecuente desaparición de los mutantes y de nuestro querido Kuato, nos deja un pelín frustrados.

Aunque sea un remake queremos algo nuevo, sí, pero nos gusta tanto Marte...

Capítulo especial merecen los personajes femeninos. Los productores de la presente se han visto obligados a recurrir nada menos que a Jessica Biel y Kate Beckinsale para estar a la altura de Sharon Stone. Y sí, en este tema no tenemos absolutamente ninguna queja. Incluso aceptamos que, sobre todo la Beckinsale, luzca un inmaculado maquillaje después de haber repartido mamporros a diestro y siniestro. Lo perdonamos. También somos benevolentes con que prescindan del personaje interpretado por nuestro estimado Michael Ironside, ya que esto supone una mayor cuota de protagonismo para la actriz inglesa (y casualmente esposa del director, Len Wiseman).

Los espectadores veteranos podemos contemplar con agrado especialmente un par de "homenajes", y auténticos iconos del cine de ciencia-ficción, como son la prostituta de tres pechos (aparición algo forzada pero agradecida) y nuestra querida turista que quiere pasar sus "dos semanas" en Marte.

Hace un tiempo pude leer, en un recopilatorio encabezado por 'Minority Report', el relato de Philip K. Dick en que se basa la historia, 'Podemos recordarlo por usted al por mayor' (gran amigo, Dick, de los títulos escuetos, como el de los androides que sueñan con ovejas eléctricas), y recuerdo que encontré escasas semejanzas con la película, sobre todo en el desarrollo. En ésta aún menos, pero reconforta encontrar la alusión en los créditos a uno (para mí, uno de los dos, a la espera de que GRRM retome el género) de los grandes autores de la ciencia-ficción.

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